Para la mayoría de las empresas, el primer paso para volverse ecológicas es mejorar su consumo de energía. Esto no sólo responde a su responsabilidad medioambiental, sino que también puede ayudar a optimizar sus ingresos de explotación. Desgraciadamente, muchas están llevando a cabo esta transición de forma equivocada.
La mayoría se fija en los gastos de los servicios públicos para determinar la eficiencia energética de las instalaciones institucionales y comerciales. Sin embargo, estas afirmaciones son en realidad sólo el reflejo de un uso ineficiente de la energía. En última instancia, no consiguen señalar la raíz del problema. Las ineficiencias energéticas tienden a originarse de la siguiente manera:
- El desgaste habitual provoca pequeños problemas en el sistema
- Se necesita más energía para compensar
- Los costes de los servicios públicos aumentan
En su artículo "¿Por qué la gestión de la huella de carbono se ha vuelto tan importante para las organizaciones actuales?" Jean Paquin de Grupo Carbon Consult afirma que:
La gestión de la huella de carbono es cada vez más importante para las organizaciones actuales. Son muchos los beneficios de gestionar eficazmente la huella de carbono:
Aumento de la rentabilidad
Muchos estudios han demostrado que las empresas que gestionan su huella de carbono de forma eficiente obtienen mejores resultados que las que no lo hacen. De hecho, se pueden identificar muchos ahorros con un mejor enfoque de gestión del consumo de energía o del transporte de mercancías; por ejemplo, si se examina la cadena de suministro (ámbito 3) -donde se origina una gran mayoría de las emisiones de carbono- se observa que la consolidación de los proveedores puede reducir los costes de transferencia al tiempo que se limita el impacto global del carbono.
Mejorar la reputación
Dado que la reputación seguramente es importante para su organización, dar un paso hacia la integración de sus emisiones de carbono en su estrategia de sostenibilidad corporativa envía un mensaje de liderazgo al resto de su organización y al mundo exterior. También evita que su organización sea vista como un lastre por las instituciones de clasificación (como CDP(Índice Dow Jones de Sostenibilidad).
Hemos observado en muchos casos que las instituciones financieras y los inversores están considerando seriamente el grado de impacto medioambiental de las empresas como un criterio importante a la hora de seleccionar su cartera. Por lo tanto, una empresa que mantenga el statu quo corre el riesgo de quedarse fuera del pelotón de cabeza.
Satisfacción de las partes interesadas
La gestión de las emisiones de gases de efecto invernadero permite a una organización satisfacer las expectativas de sus partes interesadas (accionistas, empleados, clientes y socios). De hecho, los accionistas imponen ahora a las organizaciones unos objetivos y unas directrices claras en materia de rendimiento medioambiental. Los candidatos potenciales buscan ahora trabajar en organizaciones que tengan un enfoque medioambiental claro y bien establecido. Los inversores están redefiniendo su cartera de inversiones para eliminar todos los riesgos relacionados con el carbono. Estos son sólo algunos ejemplos de las nuevas estrategias adoptadas por las partes interesadas para mitigar su exposición a lo que ahora perciben como prácticas insostenibles.
Mitigación de riesgos
Anticiparse a los requisitos normativos y políticos en una fase temprana permite a las organizaciones evitar soluciones costosas en el futuro y reduce su exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles.
Innovación
La nueva economía de bajas emisiones de carbono conduce poco a poco a nuevas pautas de comportamiento de los consumidores. Entender cómo las actividades están afectando a la huella de carbono a lo largo de una cadena de valor ayudará a las organizaciones a identificar qué limitaciones podrían aplicarse con mayor severidad, y también a guiarlas para hacer los ajustes necesarios en los productos o servicios.
Sea proactivo, no reactivo
El uso de un sistema informático de gestión del mantenimiento para hacer un seguimiento del uso y la producción de energía en una instalación ofrece una solución más proactiva.
La supervisión del funcionamiento y el rendimiento de los componentes de las instalaciones, como un sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado, mediante una GMAO permite identificar los problemas antes de que sus resultados se reflejen en la factura energética. Los datos obtenidos por el GMAO pueden ayudar a identificar la necesidad de inspecciones y reparaciones, así como a elaborar un programa de mantenimiento preventivo que garantice un rendimiento constante del sistema.